Última actualización marzo 29, 2019 por Javier Argudo
La historia del fútbol está llena de sucesos para olvidar. Uno de ellos es el que ocurrió en el Mundial de 1978 celebrado en Argentina cuyo campeón sería precisamente el conjunto anfitrión y organizador del torneo. En aquel campeonato hubo un partido que, con el paso de los años, ha quedado más que señalado por un presunto amaño: Argentina-Perú.
Antes que nada conviene contextualizar. Aquel 21 de junio de 1978 ambas selecciones se enfrentaban en el Estadio Gigante de Arroyito de Rosario Central en un partido decisivo que podía clasificar a la albiceleste para la final del torneo siempre y cuando consiguiera una victoria por 4 goles o más. En aquella época Argentina estaba bajo el mandato del dictador Jorge Rafael Videla que tenía una muy buena relación con Francisco Morales Bermúdez, dictador de la época en Perú.
De esta manera, presuntamente, se pactó que los argentinos derrotaran sin oposición ninguna a sus rivales peruanos por la diferencia de goles que fuera necesaria, como así fue. El gobierno argentino regaló dos grandes buques llenos de trigo al gobierno peruano y algunos jugadores de Perú recibieron, presuntamente, 50.000 dólares.
ARGENTINA-PERÚ
En aquella época la FIFA no había establecido los horarios unificados por lo que Argentina sabía que con 4 goles de ventaja le bastaba, aún así, el resultado final fue de 6-0 para los locales ante el delirio de la hinchada albiceleste que disfrutaba ajena al escándalo. Tanto Videla como Morales presenciaron el partido desde el palco de autoridades, de hecho, algunos jugadores peruanos afirman que el dictador argentino les hizo una visita en el vestuario antes del comienzo de partido.
Las evidencias de lo ocurrido son muchas. Una de ellas es la curiosa alineación que planteó el técnico peruano aquel día con varios jugadores que no eran habituales. Otra, la forma de actuar de varios jugadores en el encuentro, uno de ellos, Rodulfo Manzo, defensa central, fue el gran señalado junto a otros compañeros como Gorriti, Muñante o Quiroga.
Sea como fuere, el caso es que Argentina logró la victoria por la diferencia de goles que necesitaba y se plantó en la final contra Holanda a la que consiguió derrotar en la prórroga con dos goles del mítico Mario Alberto Kempes proclamándose campeona del Mundo por primera vez en su historia para delirio de un país que vivía una situación política muy complicada. Sin embargo, sobre aquel Argentina-Perú siempre sobrevolará la sospecha.