Última actualización agosto 8, 2023 por colgadosporelfutbol
Hoy nos gustaría dedicar unas líneas a un mito de nuestro fútbol que seguramente no tuvo la repercusión mediática que mereció mientras estuvo en activo. Y no fue por falta de méritos, ya que hizo más que de sobra después de militar durante toda su carrera deportiva en el mismo club, el de su tierra, la SD Éibar. Su nombre: Juan Ignacio Garmendia.
Garmendia el carnicero del Eibar
Comenzó su carrera de futbolista en 1978 defendiendo la portería del conjunto azulgrana cuando militaba en Regional Preferente y lo abandonó 20 años después en Segunda División. Durante todo este tiempo se convirtió, como es lógico, en todo un icono para su afición. Pero el guardameta vasco nunca perdió la humildad que le caracterizaba y compaginó su carrera como futbolista con la regencia de una carnicería en la pequeña localidad norteña, lo que le valió para ganarse el apodo de «El Carnicero».
Conforme pasaron los años fue acumulando éxitos en lo deportivo. En 1988 logró el primer ascenso del club a Segunda División. Esa temporada tuvo como anécdota que Garmendia logró anotar un gol en el estadio del Pontevedra con un fuerte saque que fue de portería a portería. Además, fue capaz de atajar dos penaltis en el partido definitivo contra la Cultural Leonesa.
Los 2 Zamoras de Segunda de Garmendia con el Eibar
Ya en Segunda, el equipo armero se convirtió en un clásico de la división de plata con 18 temporadas consecutivas sin descender. Durante este tiempo, el cancerbero vasco consiguió alzarse en dos ocasiones con el trofeo Zamora que se otorga al menos goleado de la categoría (temporadas 1991-1992 y 1995-1996).
Sus grandes actuaciones permitieron a su equipo primero llegar al fútbol profesional y posteriormente afianzarse. Fue entonces cuando le llegaron ofertas de otros clubes de superior categoría pero él siempre fue fiel a su club y a su ciudad y no se movió. En la temporada 1997-1998 decide colgar las botas después de 20 años y más de 500 partidos oficiales en la SD Éibar convirtiéndose en mito y leyenda del club para dedicarse a su negocio carnicero de forma exclusiva. Un ejemplo de humildad y trabajo de un jugador histórico cuya historia merece ser contada.