Última actualización octubre 21, 2019 por Javier Argudo
Corren nuevos tiempos y el fútbol moderno sigue destrozando y acabando con todas las tradiciones y la más pura esencia de este deporte. Cada vez son más los equipos que «rebautizan» el nombre de su estadio y por supuesto llenan de publicidad su camiseta con el fin de generar nuevos ingresos y el FC Barcelona y el Camp Nou no iban a ser menos.
Aunque es cierto que la camiseta del Barça permaneció impoluta y libre de publicidad, ya hace unas cuantas temporadas que se vendió al mejor postor. Primero con la aparentemente inofensiva introducción de Unicef, ¿quién se iba a negar a dar visibilidad a una ONG? Sin embargo, a partir de ahí han sido ya varias las marcas que han lucido las grandes estrellas culés en el pecho.
Con sus 99.000 localidades, el temblo culé es uno de los estadios más grandes de Europa y del mundo, orgullo de cualquier barcelonista. Sin embargo su nombre, Camp Nou (campo nuevo en español), desde luego no es muy original más aún después de tantos años de su inauguración un 24 de septiembre de 1957 (Día de La Mercé, patrona de Barcelona).
¿CÓMO DEBERÍA LLAMARSE EL CAMP NOU?
Las opciones desde luego son varias y todas serían muy acertadas. La opción de denominar Joan Gamper al feudo blaugrana ya que éste fue su fundador allá por 1898, o Ladislao Kubala, uno de los primeros cracks que vistieron la elástica del Barça en los años 50 y que fue el principal «culpable» de la construcción del estadio ya que el antiguo Camp de Les Corts se quedaba pequeño ante los miles de aficionados que querían verlo jugar. O incluso Johan Cruyff, seguramente el mejor jugador de la historia del club que además triunfó como técnico culé y que ya cuenta con un estadio con su nombre como es el Johan Cruyff Arena (Amsterdam Arena).
Sin embargo, todo apunta a que, tal y como se votó por los socios culés en 2014, el fútbol negocio vencerá una nueva batalla y lejos de rebautizar la casa del FC Barcelona con el nombre de alguno de los ilustres protagonistas que han escrito grandes páginas de su historia, se recurrirá a un nombre comercial del estilo Camp Nou-Rakuten, por poner un ejemplo. Un horror al que deberemos de ir acostumbrándonos ya que será lo habitual en la gran mayoría de clubes en el siglo XXI.
Eso sí, por lo menos el Barça ha tenido el detalle de poner el nombre de Johan Cruyff al estadio donde el filial y el equipo femenino barcelonista disputa sus encuentros. Algo es algo.