Última actualización septiembre 24, 2020 por Javier Argudo
Faustino Asprilla fue uno de los grandes delanteros de la década de los 90. El colombiano, después de destacar en el Atlético Nacional en su país natal, pudo dar el salto a Europa para jugar en clubes importantes de la época como el Parma italiano o el Newcastle United de la Premier League.
Por supuesto, Asprilla fue internacional absoluto con Colombia con la que disputó dos Mundiales, el de Estados Unidos en 1994 y el de Francia en 1998. Precisamente, en las rondas clasificatorias para el segundo de ellos, el combinado cafetero se midió a Paraguay, selección en la que jugaba el mítico portero José Luis Chilavert.
La cita fue el 2 de abril de 1997 y los paraguayos consiguieron imponerse por un apretado marcador de 2-1. El encuentro tuvo mucha polémica y, precisamente, Asprilla y Chilavert fueron los dos grandes protagonistas. En el minuto 79 de juego, ambos futbolistas tuvieron un enfrentamiento y acabaron expulsados. Esto encendió los ánimos tanto del resto de futbolistas como de los integrantes de ambos banquillos y, por supuesto, de los hinchas que se encontraban en las gradas del estadio.
Días después de este ‘incidente’, tal y como explicó Faustino Asprilla en varias entrevistas, el delantero colombiano recibió la llamada de uno de sus compañeros de selección, el mítico Víctor Hugo Aristizábal, para asistir a una reunión en un hotel. Así lo explicaba ‘Tino’: «Cuando llegué allí, ese man estaba con 10 personas más, todos borrachos, acompañados de varias hembras paraguayas».
Asprilla: «Ustedes están locos. Van a acabar con el fútbol colombiano»
Al parecer, entre estos individuos se encontraba un narcotraficante conocido como Julio Fierro, el cual no dudó en hacer una proposición a Tino Asprilla: «Necesitamos que ustedes dos den autorización para ir a matar a ese gordo paraguayo de Chilavert». Obviamente, el delantero quedó muy sorprendido y se negó rotundamente: «Ustedes están locos. Van a acabar con el fútbol colombiano. Eso no puede ser, lo que pasa en la cancha se queda en la cancha».
Aunque los narcotraficantes insistieron, el delantero colombiano logró convencerles para que no llevaran a cabo su plan de acabar con la vida del cancerbero paraguayo. Cabe recordar que, unos años antes, el defensor colombiano Andrés Escobar fue asesinado después de marcar un gol en su propia portería en un partido contra Estados Unidos que supuso la eliminación de su selección.
Por su parte, Julio Fierro, que fue uno de los lugartenientes de Pablo Escobar y estuvo casado con la modelo Natalia París, fue asesinado por los paramilitares.