¿Qué fue de ti, fútbol? La opinión de José Manuel Quesada

¿Qué fue de ti, fútbol? La opinión de José Manuel Quesada
El fútbol moderno, el negocio de las televisiones (Foto: mistercomparador.com)

¿Qué fue de ti, fútbol? Me pregunto una vez más. Han pasado los años y veo un fútbol rico y orondo, pero justo de salud, ya no me gusta demasiado. La auténtica afición se va perdiendo y con ella la tradición que, a golpe de talonario, se ha ido emborronando.

¿Dónde quedaron los largos y tranquilos veranos? ahora tenemos giras y un mareante mercado. Futbolistas sin raíces, los equipos se forman cesión tras cesión, hoy lo exótico es tener un jugador de cantera. Ni las victorias en China o Estados Unidos saben a aquella victoria a penaltis en el Teresa Herrera.

Empezaba la liga, la victoria valía dos puntos, los partidos eran disputados y no existían las sorpresas. Transistores encendidos, goles a mogollón. La Quiniela echaba humo, se buscaba el boleto ganador. La piel no se mudaba con tanta frecuencia, hoy cambia de color y estampado, hay fluorescentes y hasta entallados. Poco queda ya de aquel hincha de boina y bombo, hoy se llevan los fans con más complementos que visitas al estadio.

Con cierta añoranza recuerdo el hormigón de la grada, de pie y a reventar. Fosos y vallas, el olor del césped. Ese era el fútbol de verdad. Hoy son cómodas butacas, iluminación a rabiar y una estrambótica megafonía, pero los estadios se vacían. Ya no importas tú, tu bufanda o tu bandera. Ahora importa el telespectador del otro lado del planeta. ¡Qué más da los que canten o animen, ahora importan más las interacciones en Twitter!

No sé con certeza cuando arrancó esta alocada carrera. No sé si fue la ley Bosman o las SAD, lo cierto es que ya quedaron muy lejos los años noventa, quizá la última década especial. Dorsales personalizados y extranjeros a puñados pero aún estaba la Guía Marca en casa, fichajes en el PC Fútbol y los niños coleccionando cromos.

Estrambóticos peinados, llenos de tatuajes pero de entrevistas vacías y algún selfie desde la ventanilla. Así son ahora los ídolos de este espectáculo, muy alejado ya de aquel deporte de balón coronado.

La jornada acababa junto a la semana, algún programa recopilaba los goles de todos los partidos y ofrecía la clasificación. Hoy empieza en viernes y acaba en lunes y con tristeza veo desde el televisor o en streaming a cuatro periodistas fanáticos de la actuación.

¿Qué fue de ti, fútbol? ¿Qué fue de la pasión? Ahora me froto los ojos si el lunes no hay partido en mi salón.

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