Última actualización septiembre 5, 2019 por Javier Argudo
Analizando la trayectoria de Bern Schuster sorprende encontrar una foto del crack alemán con la camiseta del Real Sporting de Gijón. Muchos lo recuerdan por su etapa en el Atlético de Madrid, Real Madrid o FC Barcelona donde fue siempre uno de los destacados. Sin embargo, hubo un día en el que el centrocampista teutón vistió la camiseta sportinguista.
SCHUSTER EN EL HOMENAJE A QUINI
Ocurrió el 21 de agosto de 1987. Por aquel entonces Schuster pertenecía a la plantilla del FC Barcelona donde había coincidido con Quini, fenomenal delantero que había triunfado con la camiseta del conjunto de Gijón y la azulgrana culé. Aquel día el delantero asturiano recibió el merecido homenaje por parte de la afición rojiblanca y de algunos de los mejores amigos que fue haciendo a lo largo de su carrera, entre ellos el centrocampista, que no quiso perderse la cita.
El jugador alemán siempre se caracterizó por tener un carácter muy especial. Esto le costó salir de aquella manera en la mayoría de equipos en los que jugó, incluso renunció cuando era muy joven a seguir jugando en su selección. Sin embargo, siempre estuvo muy unido a Quini y no dudo en participar en aquel partido en su honor.
Aquel día Sporting y Real Madrid empataron a dos goles en El Molinón. El conjunto asturiano estuvo reforzado con Schuster y estuvo a punto de hacerlo también con Diego Armando Maradona. Sin embargo, no pudimos ver a uno de los mejores jugadores de la historia con la casaca sportinguista debido a que por aquel entonces se encontraba en su etapa en el Nápoles italiano y no pudo estar presente.
Por parte del Real Madrid viajaron a la cita Buyo, Chendo, Sanchis, Tendillo, Solana, Michel, Gallego, Martín, Vázquez, Gordillo, Butragueño, Hugo Sánchez, Ochotorena, Paco Llorente, Mino, Santillana, Pardeza y Julio Llorente. Por aquel entonces dirigía al conjunto merengue Leo Beenhakker.
En el minuto 37 de la segunda parte llegó el momento del cambio del delantero del Sporting, siete veces Pichichi (5 en Primera División). Uno a uno fue despidiéndose de sus compañeros y sus ‘rivales’ bajo una cerrada ovación del estadio donde se convirtió en mito y leyenda del club.