Última actualización enero 20, 2020 por Javier Argudo
La historia de Ramón Rodríguez Verdejo «Monchi» da para un libro. Todos recordamos a aquel portero suplente del Sevilla que era objeto de burlas y mofas por parte de numerosos programas de televisión cebándose con aquel chaval que por unas cosas u otras nunca jugaba y que cuando hacía sufría alguna desgracia.
Monchi se lo ha tenido que currar siempre. Desde bien joven hasta llegar al filial sevillista donde sí realizó una gran temporada en la 1989-1990 lo que le sirvió para dar el salto al primer equipo al mismo tiempo que estudiaba Derecho en la Universidad.
Sin embargo, en sus primeras cinco temporadas en Primera División únicamente jugó 9 partidos (7 de ellos en la de su debut) pasándose campañas enteras en blanco a la sombra de Juan Carlos Unzué.
EL DEBUT DE MONCHI
Precisamente su debut se produjo un 13 de enero de 1991 después de casi toda una vuelta sin jugar. Aquel día tuvo la oportunidad de ser titular por primera vez en Atotxa contra la Real Sociedad y en el minuto 3 de partido le rompieron un dedo. Pero Monchi no estaba dispuesto a desaprovechar aquella oportunidad que tanto había estado esperando y jugó el partido completo, eso sí, con esa carencia tuvo una cantada sonada que provocó el gol del rival y privó al equipo de la victoria (1-1).
Esa primera temporada el Sevilla únicamente ganó un partido de los 7 en los que el cancerbero fue titular y sus actuaciones no fueron demasiado buenas. Se forjó así la leyenda de Monchi que, como decimos, se pasó las siguientes cuatro campañas prácticamente en blanco ya que ni Vicente Cantatore, ni Luis Aragonés, ni Bilardo le dieron bola.
EL DESCENSO DEL SEVILLA
Fue en la 1996-1997 cuando Monchi tuvo mucho más protagonismo de la mano de José Antonio Camacho pero precisamente esa fue la temporada en la que el Sevilla sufrió el descenso a Segunda División en la que permaneció las dos siguientes, también con nuestro protagonista como suplente primero de Casagrande y posteriormente de Leal.
El guardameta sevillista tuvo que retirarse muy joven, con tan solo 30 años, porque no aguantaba más los dolores en un hombro. Por lo menos puede decir que se retiró dejando al Sevilla de nuevo en Primera División y fue entonces cuando inicio su escalada hasta la cima. Primero fue delegado del club, posteriormente enlace con las peñas, responsable de prensa, encargado de reservar los hoteles hasta convertirse en uno de los mejores directores deportivos del mundo y dando mucho más al club hispalense con sus fichajes que con sus paradas.